Cada desplazamiento es una autentica odisea, recorrer miles de kilómetros cada temporada para seguir a nuestro equipo con todo lo que conlleva, no importa ni el tiempo ni los kilómetros que nos separan de nuestra tierra por que nos mueve algo muy superior a nosotros, un sentimiento inmortal heredado de nuestros abuelos y padres, una forma de ver y entender el futbol diferente al resto.
Después de una nefasta racha de resultados, donde la victoria mas reciente queda olvidada en nuestros recuerdos Ultra Naciente demostró una vez mas su fidelidad a un escudo, un símbolo perpetuo en nuestras vidas y con la derrota asumida pero con las mismas ganas de siempre nos pusimos rumbo a Granada.
Es complicado detallar la cantidad de anécdotas que quedan grabadas en los miembros desplazados, donde las historias y aventuras se entremezclan en cada viaje. Suele ser normal en todos los desplazamientos un viaje escalonado debido a la limitación geográfica existente, por eso es tan difícil movernos en un buen número.
Para esta ocasión, una treintena de miembros nos desplazamos a tierras andaluzas, una nueva ciudad por conocer y visitar, con todos sus encantos por descubrir. Espectacular el ambiente vivido en Granada, sus callejuelas de Albaicín, sus tascas y teteritas de la zona centro. Además del encanto especial que tiene la ciudad históricamente.
La llegada a la ciudad fue escalonada, desde el miércoles fueron llegando los primeros miembros, siendo entre el viernes y mañana del sábado la llegada del grueso de los desplazados.
Algunos habíamos quedado en la plaza nueva para empezar la jornada futbolera, entre bares y tascas fueron pasando las horas hasta el momento de irnos hacia el estadio con la foto de rigor con nuestra pancarta en algún monumento histórico de la ciudad, como la plaza del ayuntamiento en cuyas calles adyacentes nos encontrábamos.
Llegamos pronto a Nuevo Los Carmenes, antes incluso de la apertura de taquillas o puertas, estuvimos bebiendo por la zona hasta la apertura de la misma donde fuimos a comprar las entradas para presenciar el partido.
En la primera parte la animación fue muy buena, muchos palmeos a lo largo de la misma, y algún cántico resonó en las gradas granadinas. La locura se desato con el empate, luego al inicio de la segunda tocamos el éxtasis a ponernos por delante en el marcador pero fue solo un sueño que duro apenas 10 minutos y fin de la historia.
Con el cabreo de una nueva humillación al terminar el partido nos dirigimos a la zona de tribuna donde esperamos a los jugadores para agradecerles su esfuerzo durante el encuentro y su profesionalidad en cada partido. Una valla y la notable presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad evitaron que se las diéramos personalmente.
Una mención especial tiene la postura de Miguel Ángel Ramírez cuyo gesto de dar la cara le honra en aquellos momentos y salida de los jugadores escoltados de un campo visitante.
Tocaba olvidar las penas, otra vez reunidos la mayoría en el centro de la ciudad nos fuimos de copas por los bares de la zona, algunos con mayor grado de alcohol y locura decidimos empatar la noche con un amanecer desde lo alto de Sierra Nevada, hasta allí nos dirigimos para poder disfrutar de otro encanto mas de la zona.
Al coincidir este lunes festivo por el día de Andalucía aprovechamos nuestra última noche antes de regresar a Gran Canaria para hacer lo que mas nos gusta, estar entre amigos tomando copas y contando anécdotas de un viaje que ya queda en el recuerdo de todos nosotros.
La Directiva del Grupo Ultra Naciente 1985
