Con brios renovados por la ultima victoria recibíamos al Girona en lo que era segunda jornada consecutiva en el Estadio de Gran Canaria. Aunque en los prolegómenos del encuentro no se presumía buen ambiente por los alrededores del recinto capitalino hubo una mayor afluencia de público.
Un partido de vital importancia en las aspiraciones del club amarillo para certificar la permanencia, aunque no materialmente si virtualmente, pero las expectativa creadas durante la semana por la goleada conseguida y la posibilidad de consumar la categoría otro año mas en la división de plata no dieron sus fruto.
Y es que desviar la atención de los jugadores con todo lo que nos estamos jugando con artículos donde supuestamente salen todos los descartes para la temporada venidera del conjunto amarillo no ha beneficiado para nada a la institución, y mucho a una afición sufrida como la nuestra por que ponemos en sus manos el futuro de nuestra querida Unión Deportiva.
La jornada ya se presentaba mal desde un principio, dando un último aliento el megáfono en las postrimerías del encuentro, aun así se animo como hacia mucho tiempo, se formo un buen núcleo en la parte inferior para sacar todos los cánticos de la manera más contundente posible.
Durante la segunda parte se bajo el nivel recuperándose en los diez últimos minutos del encuentro. Como ya suele suceder en la naciente desde hace varios encuentros no pararon de ondearse banderas durante todo el encuentr, los habituales palmeos tampoco faltaron a su cita.
Al final, no jugaremos toda la temporada a dos cartas y no podemos fallar.