Después de varias jornadas ligueras cosechando malos resultados, tanto en casa como fuera, volvíamos a jugar en casa con la imperiosa necesidad de conseguir una victoria para alejarnos de los puestos de descenso. Sinceramente, después de todo lo ocurrido durante la semana era imposible no pensar en el ansiado derby del próximo fin de semana.
Los problemas surgidos alrededor de la entidad amarilla con todo lo relacionado con el derby, que directamente o indirectamente se vio reflejado durante la semana en el primer plantel, debido a todos los comentarios surgidos alrededor del partido de máxima rivalidad canaria.
Pues con los pensamientos en el clásico canario, nos dábamos cita desde muy temprano varios miembros del grupo para realizar la tarea coditiana en nuestras vidas cada vez que jugamos en el Gran Canaria, todo acompañado con el clásico en la división juvenil de honor que presagiaba la próxima cita.
Sin darnos cuenta la hora del comienzo se hizo realidad en una jornada futbolera, muy buen ambiente en la previa en nuestro local, tanto fue así que entramos al partido casi con el pitido inicial.
En esta jornada no hubo nada destacable, no realizamos ningún tifo, la animación no fue tan contundente como en otros partidos, teniendo algunos bajones durante el mismo y como es costumbre varios palmeos, bufanderos y movimiento de varias banderas a lo largo del partido que salvo mas o menos el día en cuestión de grada.
En definitiva, lo sucedido durante toda la semana paso tanto factura a los jugadores de Las Palmas como a sus ultras cuyo pensamiento está más puesto en el próximo derby.
La directiva del Grupo Ultra Naciente 1985