Ya se respiraba desde hacía semanas por la Capital de Canarias que la fiesta del fútbol del archipiélago iba a volver a jugarse después de una temporada sin el mismo. Los aficionados amarillos iban reservando sus pasajes y entradas con antelación; más tarde se buscarían la vida, resignados, para poder disfrutar del partido. No vamos a explicar nuevamente toda la estafa que se ha llevado a cabo con el 'tema entradas', pero para resumir: han estafado y engañado a todos los aficionados de la Unión Deportiva. ¿Culpables? C.D. Tenerife. Y en segundo plano las agencias de viaje. Pero si ya estaba el panorama tenso, más se puso cuando Sogecable se hace dueño y señor del partido y no se le ocurre otra idea mejor que pasarlo a domingo a las 11 de la mañana. La Unión Deportiva planteó el cambio de horario a la cadena, el Tenerife, obviamente no. Hoy, todo son intereses en nuestro amado fútbol negocio.
Por todo eso, y por como se están desarrollando los derbys en los últimos años: trato vejatorio de la policía con los aficionados amarillos, escasa libertad para movernos y una actitud dictatorial de los cuerpos de seguridad a la hora de tomar decisiones; el derby no se antojaba como los miembros de Ultra Naciente y el resto de aficionados hubiéramos querido.
Hasta ahí ya estábamos "acostumbrados". Pero lo que pasó en el partido fue la gota que colmó el vaso. Para este derby los de siempre nos tenían preparada una lista de putadas. Como entrarnos al estadio con el partido empezado, llevarnos por un camino que nunca habíamos ido y tardar casi el doble, o al llegar al basurero que nuestro rival tiene por estadio, tener que entrar los aficionados uno por uno y por una sóla puerta, con lo que eso acarreó de avalanchas, empujones y un agobio considerable para todo el personal allí presente.
Algunos miembros de peso en el Grupo, entraron pasado el minuto 20'. Más o menos en el tiempo que se colgó la pancarta. El primero de los tifos que se tenía preparado, no se pudo sacar al inicio del partido.
Igualmente, a Ultra Naciente no le jode la fiesta nadie, por lo que desde muy tempranas horas se dejaron ver las caras más conocidas del Grupo por el Muelle de La Luz , con sus correspondientes cervezas y demás. Una vez embarcados, dos largas horas y media las tuvimos que pasar lo mejor posible, entre anécdotas, chistes... y más cervezas.
Al llegar a Santa Cruz, el pan nuestro de cada derby, nos juntamos con la afición que iba en otro de los barcos y subimos al Heliodoro. Como comentábamos antes, el corteo se vio un poco aguado al haber cambiado de ruta. Más tarde les saldría el tiro por la culata.
Destacar la presencia de miembros de Ultras Rapid con nosotros en esta importante ocasion, sobre todo del antiguo capo de UR que estuvo toda la semana con nosotros.
Ya en la grada e ir entrando a cuenta gotas, poco a poco íbamos subiendo la animación. Se colgaron las pancartas pertinentes en cada viaje, y la primera bandera que saco Ultras Rapid en el año 1988 y como buenamente podíamos íbamos sacando los cánticos, los cuales retumbaron y bastante a pesar de la dificultad en estos partidos de poder llevar la animación. Bufandeos, movimiento de las banderas que se llevaron, palmeos y toda la coreografía posible.
Ya en el segundo tiempo, sacamos el tifo que Ultra Naciente preparó para la ocasión, luego sacamos una pancarta mensaje mas o menos sobre el primer cuarto de la segunda parte con el logo de Fido Dido en alusión al FB y sus continuos cambios.
Con el gol de los chichas en contra, la cosa se ponía muy fea. Ya estábamos cagándonos en nuestra mala suerte en los derbys. El rival festejaba una victoria segura, cuando en el 88' Mauro Quiroga puso la pierna y el balón se colaba en el fondo de la portería. Estalló la locura y el frenesí en las gradas del Inorodo. Ya con el partido finalizado y con un punto que nos supo más a victoria que a empate, festejamos el punto como sólo nosotros lo sabemos hacer.
Entrenador y jugadores se rindieron ante nosotros. Gesto que fue agradecido y respondido por todos los allí presentes. Despues de mas de una hora, vuelta para el Muelle, la rutina de siempre y a un bareto del puerto a reponer fuerzas para más tarde coger el barco y volver a nuestra amada ciudad.
Un derby que quiso dar de sí lo que las directivas, televisiones y cuerpos de seguridad quisieron dar. Pero que los aficionados tanto de un club como de otro sólo supimos engalanar y darle el calor que merece.
Una vez más, el Heliodoro lo sigue llenando la Unión Deportiva.
Todavía queda un largo 'pasillo' de partidos.
