Indignación en el Estadio de Gran Canaria, ese sería sin duda, el titular del partido entre nuestro club y el Girona.
Un robo, una injusticia, un descaro. ¿Y cuántos van ya? Se prevía un partido bueno en la temprana tarde de sábado. Como casi siempre, 2 horas antes del partido nos dimos cita la mayoría de miembros de Ultra Naciente en nuestro local donde el "El Botellín"se vendió en su totalidad.
Ya una vez dentro del estadio, tanto el grupo como el resto del estadio, le recordaba al portero rival que en esta isla no hay cabida para mercenarios, mentirosos e hijos de puta. Durante todo el partido se le estuvo recordando que con la afición amarilla no se juega, por momentos, parecía que el estadio iba a estallar.
La Unión Deportiva estaba jugando bien, se adelantó temprano en el marcador. Hacía el juego preciocista y de toque al que ya nos tiene acostumbrados. Jugaba y jugaba, creaba ocasiones de peligro y se defendía bien atrás. Pero lo de siempre, no terminaba de definir, de matar el partido.
Pero si a lo positivo le sumamos que en la grada no se paró de animar, que hubo un constante movimiento de banderas y bufandas y que durante muchas veces todo el estadio seguía nuestros cánticos, pues todo hacia presagiar que esta vez si nos ibamos a llevar los 3 puntos y volver al camino de la buena racha. Pues no, en el descuento el árbitro se inventa un penalti.
Creo que hablamos en nombre de toda la afición amarilla si decimos que estamos hartos de los árbitros. No nos creemos que somos los únicos perjudicados, pues sabemos que muchas otras aficiones y clubes sufren lo mismo. Quizás es para plantearlo y hacer algo, pero es descarado lo que nos está pasando a los aficionados grancanarios con los arbitrajes.
Ya con el 1-1 la indignación, el odio y la rabia hicieron mella y la afición demostró su descontento al final del partido tanto con el árbitro como con el mercenario navarro.
La Directiva del Grupo Ultra Naciente 1985
